El arte como experiencia
Una de las posibilidades del arte es precisamente generar experiencias significativas para el individuo, así como comprender su relación con el contexto. Una manera de hacer esto es relacionarnos con la obra de arte o con los movimientos artísticos a partir de nuestra vida cotidiana y sensibilidad.
La experiencia estética es parte esencial para relacionarnos no solo con el arte sino con el entorno. El arte nos permite ver la vida con otros ojos, ¿qué pasaría si viéramos con los mismos lentes con que vemos una obra de arte, la cotidianeidad? Para comprender la experiencia de este modo tendríamos que pensar en nosotros y en nuestra relación con el mundo de una manera estética, lo cual entonces nos permitiría tener experiencias diferentes no sólo con las obras de arte del museo sino con las que encontramos todos los días en nuestra vida cotidiana.
Esto genera una forma distinta de relacionarse con el mundo, el entorno y los otros. ¿Cómo veríamos la luz del día de esta manera? ¿Qué nos dirían las acciones de otras personas si lo pensamos desde esta perspectiva?
La apuesta de La Fábrica es ser un espacio, para desarrollar este tipo de pensamiento y a partir del mismo fomentar los procesos creativos que nos permitan profundizar en los procesos que los niños van teniendo a lo largo de su desarrollo.