Emociones… ¿buenas o malas?

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A lo largo de los años hemos escuchado de madres, padres, niños, niñas y especialistas  información diversa sobre las emociones, ¿Cómo llamarlas?, ¿Cómo trabajarlas? ¿Cómo expresarlas?, ¿Son positivas o negativas?.  Siempre hay una pregunta relacionada con el manejo de emociones, es por esto que abordarmenos algunas sugerencias para favorecer el mismo. 

Las emociones son respuestas que se sienten y observan en el cuerpo derivadas de alguna experiencia presente, pasada o futura; puede ser una respuesta generada a partir de uno mismo, del otro o por el otro; dichas respuestas se basan en la percepción, creencia, entorno y actitud de quien las vive.

Cada emoción experimentada por las personas tiene una respuesta, en ocasiones visible y en otras no, algunas veces adaptativa y funcional y en otras no, para algunas personas es fácil identificarlas y expresarlas, pero para otras no. Por lo tanto, como padres, madres y especialistas es nuestra tarea guiar a los niños y adolescentes en el manejo de las emociones.

Lo primero que nos gustaría enfatizar es que no existen emociones “buenas o malas”, todas y cada una de las emociones tienen una función y brindan información sobre nuestro estado emocional y la situación que se vive en determinado momento, para así realizar cambios o ajustes necesarios.

Así mismo, nos gustaría compartir que la mayoría de las ocasiones tanto niños como jóvenes expresan sus emociones a través de diversas conductas algunas pueden ser más adaptativas que otras, pero al final son los recursos que tienen para hacerlo, es por esto que los invitamos a ver más allá de estas conductas e indagar cuál es la emoción que cursan en ese momento.

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Una vez aclarados los puntos anteriores, nos gustaría compartir algunas sugerencias que podrán ayudarte a guiar a tu hija o hijo a entender y expresar de mejor manera sus emociones; no sin antes recalcar que si existen situaciones que salen de tus manos para poder apoyar, es indispensable que acudas con un especialista en el área para así poder indagar a profundidad y proponer una forma de trabajo específica que atienda a sus necesidades

  1. Recuerda que los niños aprenden observando y a través del ejemplo, tu eres su mejor modelo para abordar el tema, es decir, tu eres quien en primera instancia tendrías que mostrar cómo identificar, validar, aceptar y expresar tus emociones.

  2. Es de suma importancia identificar las emociones, guía a tu hijo o hija a identificar cómo se sienten las emociones en su cuerpo, llama a cada emoción por su nombre e incluso aliéntalos a que observen cómo se ven las emociones en el otro.

  3. Al mismo tiempo es necesario validar las emociones que cursan las niños o niños, por más “sencilla” que sea la situación.

Evita: “no llores”, “ya, deja de reírte, no es para tanto”,“no te enojes”, “no seas miedoso”, “mira ella no se enojó”.

Intenta: “veo que te sientes triste”, “veo que estás emocionada”“cuéntame que sientes”, “entiendo que perder te molestó”, “entiendo que corregir tu tarea te frustra”.

Si tu hija o hijo no es capaz de identificar lo que le sucede puedes brindarle opciones, o verbalizar la emoción según lo que haya sucedido.

4. Guíalos para que acepten la emoción y la situación si es que esta no puede modificarse, o bien aliéntalos a resolver la situación si es posible

5. Brinda una forma adaptativa de expresar las emociones, guíalos para que verbalicen lo que sienten, si sienten ganas pueden pintar fuertemente en en una hoja, arrugar el papel o bien aventar pelotas suaves en un momento y espacio determinado para sacar la emoción y la energía; si no fue posible verbalizar guíalo a través de tus palabras.


Espero que te ayude y oriente.

LA FÁBRICA

 

 

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